Por Abigail Reynolds
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Mi historia: cómo empezó todo
En 2019 me quedé embarazada de mi segundo hijo: estaba encantada, emocionada, pero absolutamente aterrorizada. ¿La fuente de mi miedo? Lo que parecía la tarea imposible: mantenernos a salvo a mí y a mi bebé mientras enfrentaba la perspectiva de navegar el embarazo y el período posparto con un trastorno alimentario que consume toda mi vida.
Habiendo desarrollado un trastorno alimentario muy repentinamente cuando mi hijo mayor tenía un año, no recibí un diagnóstico ni tratamiento hasta tres años después cuando, con ocho meses de embarazo, llegué a un punto de crisis física y psiquiátrica. Expresé mi preocupación muchas veces a una variedad de profesionales de la salud perinatal sobre el grado en que la comida, el ejercicio y el peso dominaban e impactaban negativamente en mi vida, pero me dijeron repetidamente que no podía tener un trastorno alimentario porque todavía tenía un índice de masa corporal “saludable”.
Satisfacer las demandas cada vez mayores de un desorden que me convenció de que mi valor estaba total e inextricablemente ligado a mi capacidad para privarme de alimento y azotarme con rituales de ejercicio excesivo, requirió una enorme energía física y mental. Pero el tormento mental de estos interminables pensamientos desordenadas y compulsiones que me llevaron a tal situación fué desestimado por los profesionales sanitarios. Esto no se debió a ninguna fallo individual o falta de dedicación, sino a muy poca formación y capacitación sobre los trastornos alimentarios en esta etapa.
Fertilidad, concepción y embarazo con un trastorno alimentario
Cuando milagrosamente concebí a mi segundo bebé a pesar de que mi cuerpo desnutrido no había ovulado durante dos años, esperaba que mi cuerpo y mi mente de alguna manera… se reiniciaran. Esos ajustes restaurarían el programa «de serie» y el amor ferozmente protector y potenciado por las hormonas que había experimentado en mi primer embarazo sería lo suficientemente fuerte como para sacarme de mi trastorno. En cambio, mi vida se convirtió en un tira y afloja constante entre la parte de mí que más que nada deseaba que este hermoso bebé prosperara y esta fuerza poderosa que anulaba todos los instintos saludables, intuitivos y protectores que tenía.
Lo que realmente caracterizó mi experiencia con la enfermedad mental perinatal fue la sensación de sentirme completamente sola e incomprendida. Sabía que algo andaba horrible y peligrosamente mal y, sin embargo, los profesionales de la salud que me cuidaban me decían que estaba bien. Mi bebé estaba creciendo, así que «debía estar gestionandolo bien». No pude encontrar recursos, apoyo ni información que sugirieran que estaba pasando por algo que, según parece, casi el 13 % de las mujeres[i] experimentará en algún grado en el período perinatal; un momento ya de por sí vulnerable y desafiante. Los trastornos alimentarios prosperan en el secreto, la vergüenza y la baja autoestima. No es de extrañar entonces que, sin ayuda disponible, mi enfermedad se intensificara y aumentaran los riesgos tanto para mí como para mi bebé.
Asegurarse de que quien lo necesita se sienta escuchada y apoyada
Gracias al excelente tratamiento del trastorno alimentario, avancé rápido en tres años y ahora estoy bien. Tengo la suerte de trabajar para Wednesday’s Child, una organización sin fines de lucro de apoyo para los trastornos alimentarios. En mi rol de líder perinatal, he comenzado a abordar el silencio ensordecedor que rodea la existencia y prevalencia de los trastornos alimentarios durante el período perinatal.
Recursos para profesionales
Como organización, hemos desarrollado un módulo de aprendizaje online gratuito para cualquier profesional de la salud o, de hecho, para cualquier persona que trabaje con madres primerizas o embarazadas. Brinda una amplia perspectiva de la experiencia vivida de muchas mujeres que han luchado contra un trastorno alimentario durante o después del embarazo, incluidas aquellas que recayeron después de haberse recuperado previamente. Además, hay una gran cantidad de orientación práctica sobre el apoyo a un padre nuevo o futuro que tiene un trastorno alimentario (y su familia), e información sobre los impactos potenciales de estas enfermedades mentales graves en el bienestar de la madre y el bebé. Wednesday’s Child también ofrece sesiones de capacitación de experiencias vividas para organizaciones o personas que trabajan con padres primerizos o futuros.
Apoyo a mujeres embarazadas y nuevas madres
Para los madres primerizas o futuras que sufren un trastorno alimentario o están preocupadas por el riesgo de recaída en el período perinatal, Wednesday’s Child ha desarrollado dos módulos de formación online que abordan estos temas para:
Estos recursos tienen como objetivo reducir los sentimientos de aislamiento, culpa y ansiedad que pueden experimentar las madres primerizas o futuras, y empoderarlas para priorizar su propia salud y necesidades, así como las de su bebé.
Wednesday’s Child también ofrece un programa gratuito de entablar amistad, y tenemos varios voluntarios que han experimentado y se han recuperado de trastornos alimentarios durante el período perinatal disponibles para ofrecer apoyo empático, práctico y sin prejuicios a cualquiera que tenga dificultades.
Comprendiendo los desórdenes alimentarios en el periodo perinatal
El período perinatal presenta numerosos desencadenantes potenciales para cualquier persona que tenga una experiencia actual o histórica de un trastorno alimentario, que incluye:
- personas que comentan abiertamente sobre el tamaño y la forma de una mujer
- dolencias del embarazo, como náuseas matutinas, que pueden reactivar pensamientos o comportamientos desordenados
- cambios corporales rápidos
- decisiones e implicaciones en torno a la lactancia
- presión social para “perder el peso del bebé”
- grandes cambios en las rutinas y las relaciones.
Navegar por el período perinatal teniendo o habiendo tenido una relación desordenada con la comida, el ejercicio, el peso o la figura puede parecer un campo minado imposible de transitar.
Para algunas mujeres, el embarazo ofrece una mayor motivación para recuperarse, y geatar un bebé les permite sentirse más capaces de alimentarse y descansar de una manera que antes les parecía imposible. El período perinatal puede ser una oportunidad real para una recuperación significativa, pero apoyar a las mujeres con el tratamiento, la comprensión y el conocimiento apropiados es vital para que esta recuperación se sostenga hasta la maternidad.
Cambiemos las estadísticas juntos
El 16% de las mujeres embarazadas habrá experimentado un trastorno alimentario en algún momento de su vida[ii], y de ellas, el 50% recaerá[iii]al año del parto. Estos no son números pequeños, y esta tasa de recaída no debería ser inevitable. Al mejorar la conciencia y aumentar el conocimiento sobre los trastornos alimentarios entre quienes trabajan con este grupo de madres, esperamos que más mujeres con estas dificultades obtengan la ayuda que necesitan para mantenerse a sí mismas y a sus bebés a salvo y bien durante este tiempo.
Como ocurre con tantas enfermedades mentales perinatales, la intervención temprana es de vital importancia en el tratamiento de los trastornos alimentarios. Creemos que es muy necesario capacitar a los profesionales para que se sientan seguros al detectar los signos, hacer preguntas relevantes y matizadas, tener en cuenta los posibles desencadenantes, comprender los síntomas físicos y mentales y señalar su importancia y potencial para salvar vidas a los servicios sanitarios.
Referencias
[i] Pettersson CB, Zandian M, Clinton D. Eating disorder symptoms pre- and postpartum. Archives of Women’s Mental Health 2016;19(4):675-80.
[ii] The National Eating Disorders Collaboration. (2015). Pregnancy and Eating Disorders: A Professional’s Guide to Assessment and Referral. https://nedc.com.au/assets/NEDC-Resources/NEDC-Resource-Pregnancy.pdf
[iii] Makino, M., Yasushi, M. & Tsutsui, S. The risk of eating disorder relapse during pregnancy and after delivery and postpartum depression among women recovered from eating disorders. BMC Pregnancy Childbirth 20, 323 (2020). https://doi.org/10.1186/s12884-020-03006-7